ÉTICA Y VALORES-CATEDRA DE PAZ

 


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INSTITUCION EDUCATIVA SAN ANTONIO DE PRADO

 

   AC – G04

Ver 01  19/ 02/18

GUIA PARA ELABORACION DE ACTIVIDADES

 

                                                                  ACTIVIDAD No.  uno

 

DOCENTE: Claudia Patricia Salazar Ramírez

Isabel cristina Casas Machado

GRUPO: 11. 1 – 11.2 – 11.3 – 11.4

PERIODO: 1

AREA Y O ASIGNATURA

Ética y valores y Cátedra de Paz

DIMENSIO

 

INDICADORES  DEL PERIODO

Afianzar habilidades y conocimientos de Competencias Ciudadanas, convivencia pacífica y participación ciudadana.

PROCEDIMIENTO: (descripción)

CATEGORÍAS DE EDUCACIÓN PARA LA PAZ

Convivencia Pacífica: Resolución pacífica de conflictos, Prevención del acoso escolar

Participación Ciudadana: Participación política, Proyectos de impacto social

CONVIVENCIA PACÍFICA Esta categoría de temas corresponde con el ámbito de Convivencia y Paz de los Estándares Básicos de Competencias Ciudadanas (Ministerio de Educación Nacional, 2004) e incluye los siguientes dos temas del Decreto Reglamentario de la Cátedra para la Paz: - Resolución pacífica de conflictos - Prevención del acoso escolar Aprender a relacionarse pacíficamente con los demás es fundamental en cualquier contexto, pero aún más en un país como Colombia, dada su larga historia del conflicto armado y de diversos tipos de violencias. Desafortunadamente, en nuestro país la violencia se ha usado recurrentemente como instrumento, tanto para imponerse durante conflictos, como para acceder al poder y dominar a otros. Esto ha ocurrido en contextos intrafamiliares, en relaciones entre pares, en relaciones de pareja, en interacciones entre grupos y también en contextos de conflicto armado. Construir culturas de paz en estos contextos implica cambiar la manera como se manejan los conflictos, como se accede al poder y como se enfrentan situaciones de desbalance de poder. Los conflictos y las situaciones de desbalance de poder que ocurren en sus escuelas representan oportunidades permanentes para que los estudiantes, y la comunidad educativa en general, practiquen formas de relacionarse que sean más consistentes con la convivencia pacífica que quisiéramos lograr en nuestra sociedad. Como se mencionó en la sección anterior, la convivencia pacífica se puede entender como la promoción de relaciones constructivas, incluyentes, cuidadosas, sin agresión, ni discriminación o maltrato. La convivencia pacífica no implica que no existan desacuerdos o conflictos, pero sí que esos desacuerdos y conflictos sean manejados por medio del diálogo, la negociación entre las partes o la mediación facilitada por un tercero neutral, en vez de la fuerza o la agresión o violencia para imponer las distintas posiciones. Los conflictos son comunes y normales en cualquier interacción social y si son manejados de manera constructiva, las relaciones pueden incluso fortalecerse. En cambio, las relaciones pueden terminar afectándose si por lo menos una de las partes: 1) cede constantemente en sus intereses, necesidades o derechos con tal de no afectar la relación; 2) evade el conflicto; o 3) buscan imponer sus posiciones por la fuerza o con agresión (agresión entendida como comportamientos que tienen la intención de hacer daño, por ejemplo, con golpes, insultos, apodos ofensivos, exclusiones, ofensas en redes virtuales, etc.; Chaux, 2012). Por esta razón, el objetivo no debe ser evitar los conflictos, sino buscar maneras constructivas de manejarlos o maneras de perdonarse, reparar daños y reconciliarse, si los conflictos ya han causado daños. Cuando los conflictos no se manejan adecuadamente, las relaciones pueden terminar afectadas, lo cual usualmente genera mucho malestar en los involucrados. Además, si no se han logrado sanar las heridas por las ofensas ocurridas, existe el riesgo de retaliaciones y venganzas que escalen aún más la violencia y se genere aún más daño. Para poder evitar esos riesgos, es importante aprender a aceptar la responsabilidad por acciones que pudieron contribuir a empeorar la situación, ofrecer disculpas sinceras y realizar acciones para reparar los daños causados. Así mismo, si se cumplen ciertas condiciones (por ejemplo, si hay seguridad y garantía de no repetición, si se conoce la verdad de lo ocurrido, o si se reciben disculpas sinceras), es muy importante que las personas sean capaces de perdonar a quienes generaron las ofensas. Algunos programas, como las Escuelas de Perdón y Reconciliación ESPERE han desarrollado estrategias pedagógicas para facilitar estos procesos.

B. PARTICIPACIÓN CIUDADANA Esta categoría de temas corresponde con el ámbito de Participación y Responsabilidad Democrática de los Estándares Básicos de Competencias Ciudadanas (Ministerio de Educación Nacional, 2004), e incluye los siguientes dos temas del Decreto Reglamentario de la Cátedra para la Paz: - Participación política - Proyectos de impacto social. La Constitución Política de Colombia define que “en todas las instituciones de educación, oficiales o privadas, serán obligatorios el estudio de la Constitución y la Instrucción Cívica. Así mismo se fomentarán prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana” (Art. 41). La Educación para la Paz puede contribuir a este propósito, apoyando la formación de ciudadanos activos, que puedan comprenderse como sujetos políticos, cuyas acciones u omisiones pueden generar cambios positivos en la sociedad; que se involucren activamente en la transformación de sus contextos por medios pacíficos y democráticos; y que puedan proponer, diseñar y llevar a cabo proyectos para generar dichos impactos y transformaciones. El involucramiento de los estudiantes en iniciativas y proyectos pedagógicos y sociales resulta usualmente motivante para los estudiantes, especialmente si son proyectos auténticos, es decir, que involucren acciones reales sobre el mundo real. Estas acciones pueden estar asociadas a sus contextos cercanos, por ejemplo, sus aulas, escuelas, barrios, comunas o veredas, pero también, gracias al acceso cada vez mayor a las nuevas tecnologías, pueden ser acciones que busquen impactar contextos lejanos. Hacer parte de este tipo de iniciativas representa una oportunidad para que los estudiantes puedan practicar formas democráticas y pacíficas de generar cambios en la sociedad. Es decir, las iniciativas de participación son oportunidades para ejercer una ciudadanía activa en la cual los estudiantes puedan: analizar críticamente sus contextos; identificar aquellas situaciones de inequidad, discriminación, exclusión, maltrato, vulneración de derechos o cualquier otra problemática que consideren que debe cambiarse; reforzar su comprensión sobre dicha problemática; identificar formas creativas, pacíficas y democráticas en las que pueden contribuir a generar cambios; y organizarse con otros para llevar a cabo acciones colectivas usando los mecanismos pacíficos y democráticos identificados. La participación en estos proyectos favorece también el desarrollo del sentido de responsabilidad social en la medida en que, con la experiencia, los estudiantes aprenden que pueden ser capaces de realizar acciones que contribuyan a mejorar sus contextos (aula, colegio, barrio, vereda o contextos más amplios) con criterios de cuidado y solidaridad. De hecho, una de las mejores maneras de desarrollar el sentido de responsabilidad social parece ser participar en la realización de acciones de responsabilidad social (Staub, 1995). Participar en dichas acciones puede fortalecer la creencia de que es posible tener un impacto positivo (así sea pequeño) sobre el mundo, y esto motiva la realización de nuevas acciones de responsabilidad social, lo cual puede convertirse en un ciclo virtuoso. Adicionalmente, estos proyectos de responsabilidad social pueden estar asociados a los temas de las áreas académicas, como ocurre en las iniciativas de Aprendizaje a través del Servicio (Trujillo, 2004; ver también: www.clayss.org). De esta manera, se puede promover la participación, la responsabilidad social y las competencias ciudadanas asociadas como el trabajo en equipo y el liderazgo, al mismo tiempo que se consolida la comprensión de las áreas académicas. Así mismo, los proyectos pueden involucrar labores de investigación sobre problemas específicos y sobre la responsabilidad que tienen frente a dichos problemas distintos estamentos del Estado, promoviendo comprensión de la estructura del Estado y de los mecanismos de participación existentes (ver, por ejemplo, Proyecto Ciudadano; www.fundacionpresencia.com.co). El Servicio Social que se lleva a cabo en los últimos grados de secundaria puede ser una oportunidad muy valiosa para ejercer esta responsabilidad social en contextos comunitarios reales. Es también importante si los estudiantes de todas las edades pueden tener la oportunidad de participar en la construcción de las normas que rigen las interacciones en sus aulas y en sus escuelas. Esto contribuye a la comprensión del sentido de las normas, no como una imposición arbitraria por parte de los adultos, sino como un pacto social que busca favorecer la convivencia para todos. De manera similar, esto contribuye a la comprensión de la importancia de las leyes para una sociedad, a fomentar la cultura de la legalidad y el rechazo a la corrupción, y a prevenir el ejercicio de la justicia por mano propia. Además de lo anterior, desde la Ley General de Educación de 1994, todos los establecimientos educativos cuentan con un gobierno escolar y mecanismos de votación por medio de los cuales los estudiantes escogen sus representantes. En principio, estos representantes son elegidos para velar por los intereses de los compañeros y para ser sus voceros en las instancias decisorias de la escuela. A pesar de ser propios de la democracia representativa (en contraste con la democracia participativa), estos mecanismos pueden aprovecharse también como oportunidades para promover la participación.

C. DIVERSIDAD E IDENTIDAD Esta categoría de temas corresponde con el ámbito de Pluralidad, Identidad y Valoración de las Diferencias de los Estándares Básicos de Competencias Ciudadanas (Ministerio de Educación Nacional, 2004), e incluye los siguientes dos temas del Decreto Reglamentario de la Cátedra para la Paz: - Diversidad y pluralidad - Protección de las riquezas culturales de la Nación.

Como es sabido por la composición de nuestra población y por el énfasis de nuestra Constitución Política, Colombia es un país pluriétnico y multicultural. En nuestro país conviven múltiples grupos con lenguajes e identidades culturales propias. Además, existen distintos tipos de diversidad, incluyendo género, edad, identidad y orientación sexual, procedencia, raza, grupo étnico, religión, situación socio-económica, afiliación política, capacidades y discapacidades, entre otras. La Educación para la Paz debe ayudar a los estudiantes a reconocer sus propias identidades, identificar formas de expresarlas (por ejemplo, a través del arte), reconocer y valorar las identidades de los demás, valorar las diferencias e interactuar constructivamente con las personas o grupos que tienen creencias, prácticas e identidades diferentes a las propias. Además, debe preparar a los estudiantes para reconocer discriminaciones y contar con estrategias para ayudar a frenar esas discriminaciones, tanto cuando ocurren contra sí mismo o su propio grupo, como cuando las sufren otros en sus contextos cercanos y en la sociedad, en general. Las actitudes hacia otros grupos sociales están influenciadas en gran parte por las posiciones que adopten nuestros pares frente a la discriminación o a la inclusión.

ACTIVIDAD: Contestar y realizar la siguiente actividad en hojas de block blancas,

1.       Realizar un Ensayo mínimo de una hoja sobre esta pregunta ¿Cómo promover un clima emocional positivo en el aula?

2.      Realizar un Mapa Conceptual sobre los temas visto en la lectura anterior

3.      Hacer un glosario de 30 términos que hable de Catedra de paz y ética y valore que encuentres en este documento o en el Blogger del área 

DURACION

1° Periodo

FECHA DE DEVOLUCION

 



   

¿QUÉ ES EDUCACIÓN PARA LA PAZ?

Ministerio de Educación Nacional Existen concepciones muy diversas frente a lo que es la Educación para la Paz. Según la UNESCO, es el “proceso de promoción de conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para lograr cambios de comportamiento que permitan a niños y niñas, jóvenes y adultos prevenir los conflictos y la violencia, tanto manifiestos como estructurales, resolver los conflictos pacíficamente y crear las condiciones propicias para la paz, ya sea en un nivel intrapersonal, interpersonal, intergrupal, nacional o internacional” (UNESCO, 2000). Según Gavriel Solomon (2002), “la educación para la paz tiene muchos significados divergentes para diferentes individuos en diferentes lugares. Para algunos, la educación para la paz es principalmente un asunto de cambio de mentalidad; el propósito general es promover comprensión, respeto y tolerancia frente a los que eran enemigos en el pasado (…). Para otros, es principalmente un asunto asociado con cultivar un conjunto de habilidades; el propósito general aquí es adquirir una disposición no violenta y habilidades de resolución de conflictos (...) Para otros, especialmente en países del Tercer Mundo, educación para la paz es un asunto asociado con los Derechos Humanos, mientras que para países más ricos es frecuentemente un asunto de ambientalismo, desarme y promoción de una cultura de paz”. (Salomon, 2002, p. 4).

A pesar de que la mayoría de estas concepciones tienen sustentos conceptuales y prácticos sólidos y relevantes, aquí no se abarcarán todas. Además, por razones de claridad y para evitar confusiones, es fundamental aclarar a qué tipo de aproximación nos vamos a referir en este documento. Algunas de las definiciones de Educación para la Paz se centran en aspectos específicos, mientras que otras la conciben como algo más amplio que abarca problemáticas sociales más estructurales. A continuación se presentan tres tipos de aproximaciones, una con un enfoque muy específico, otra con un enfoque muy amplio, y otra con un enfoque intermedio que será la que se adoptará en este documento:

° Enfoque específico: Convivencia Pacífica En su perspectiva más específica, la Educación para la Paz se refiere a la formación que busca contribuir directamente a la convivencia pacífica, es decir, a la promoción de relaciones constructivas, incluyentes, cuidadosas, sin agresión, ni discriminación o maltrato, tanto entre los estudiantes y en la comunidad escolar, como en la sociedad en general.

° Enfoque de Formación ciudadana: La Educación para la Paz está directamente asociada a la formación ciudadana, es decir, a la formación de ciudadanos3 que se relacionen pacíficamente entre sí, que participen activamente y por medios pacíficos y democráticos en iniciativas que buscan mejorar las condiciones de vida en sus contextos cercanos y en la sociedad en general, que contribuyan a fortalecer la Democracia y el Estado Social de Derecho, que respeten las leyes y los bienes públicos, que valoren y respeten las diferencias, que construyan una memoria histórica que les ayude a comprender el pasado para edificar un presente y un futuro más pacífico, incluyente y democrático, que se relacionen de manera cuidadosa y responsable con los animales y con el medio ambiente, todo en un marco de respeto por los Derechos Humanos.